lunes, 7 de febrero de 2011

BIENVENIDOS



Bienvenidos a este su Blog. Donde enconará las últimas creaciones plásticas realizadas por Héctor Iván; notas sobre la cultura y el arte, Información  relacionada  con eventos culturales y artísticos de variada índole, escritos sobre arte, pedagogía y reflexiones en torno a lo que sucede en el ámbito creativo en el país y el mundo.

CONTEXTOS Y PRETEXTOS

El nombre que Héctor Iván Valencia ha puesto a su muestra es una disculpa, para traernos una obra gruesa, hilada y firme que nos testimonia los tiempos de los humanos de esta época. Su tiempo.
Hay un ser en él que lleva al hombro todos esos dolores que no son suyos pero que se los apropia por que su alma se niega a aceptar el dolor.
Por eso decidió dedicarse a sembrar colores y a compartir los secretos de la siembra, para mitigar la sed que produce el hacer y el andar el camino de estos tiempos.
Héctor Iván con su obra le apuesta al Amor: humano-naturaleza-humano.
Cuando su obra se instala en las salas, las paredes sonríen; las paredes son tristes, las paredes se visten de color.
 Jenaro Mejía Kintana
 Escrito para la muestra en el Centro cultural de Cota
 “expresar la precolombinidad no es mas que buscar nuestras raíces”
Saúl Salazar Montoya
Rastros y huellas milenarias
Así podría definir la propuesta de Héctor Iván Valencia quien en los últimos tiempos viene descubriendo, bebiendo de esa cantera inconmensurable de la precolombinidad.

Una precolombinidad que habitó toda la geografía americana desde tierras de fuego hasta México – Incas, Mayas, Aztecas, Toltecas todos ellos abrigados bajo el sol  naciente de los Andes Americanos. El cóndor, la llama, alpacas y caribus que fueron sus elementos de prodiga inspiración. Y es precisamente allí donde este artista descubre y lee nuestro antepasado. Porque el parte de la lupa misteriosa del tiempo para reconstruir las estelas y detalles sutiles pero misteriosos que estas culturas nos dejaron por herencia, sus lienzos en formatos prudenciales no son mas que esa historia seria y legada por Toltecas, Incas, Mayas, Quimbayas, Caribes y Arawuak. Los pigmentos que aplica con ritmo y hace a la vez una nota sinfónica no son mas que respuestas fehacientes del milenario oficio de pintar que nuestros aborígenes plasmaron. Y es precisamente allí donde tiene mucha fuerza, coherencia y verdad el trabajo de Héctor Iván que desde su técnica es toda una maestría pero la contundencia de su obra es esa integrabilidad de investigación, análisis, síntesis y expresión coloril.


El color podemos afirmar que es la radiografía de ese pasado con bruñidos telúricos, texturas, sombras, imágenes, logosímbolos que son una carta holística de nuestras raíces pero siguen siendo trópico americanidad, evolución y vida.

Para quienes hemos tenido el privilegio de contemplar la génesis de esta obra plácidamente podemos afirmar que es toda una poética del oficio y de la historia que es narrada momento a momento de un fin de milenio y los albores del tercer milenio. Y a quien contemple su propuesta solo decirle que se remita a los códigos de nuestro pasado misterioso para que se asombre de la virtud y talento de este maestro. Los logosímbolos de la obra de Héctor Iván son las huellas del mágico mundo de lo precolombino. Un mundo rico de diseños perspectiva, color, composición y su concepción de belleza. Su esquematismo y geometrización con trazos precisos que dan a su obra estilización y a la vez un de delicadeza y levedad.

El manejo de las texturas y el conocimiento del pigmento imprimen a la obra una alta originalidad. Que a partir del mundo telúrico nos transporta a esas atmósferas tan propias de nuestros aborígenes.

Saúl Antonio Salazar Montoya
Especialista en cultura política  

El icono nos enseña el misterio, lo oculto. El color fiel se entrega todo a merced del artista. Sin concesiones con lo frívolo se nos propone ver más allá, sentir, palpar, como dice Octavio Paz, otro mundo de este mundo.
Héctor Iván pone al pintor que es en un lugar secundario, para comunicarnos como artista su dolor y su asombro. En su manera de llevar el pigmento a la tela, pareciera como si la tierra nos revelara una esencia que se nos esconde en la mirada...
Un ave de nazca, un rito, una danza, un encuentro de pieles, un espejo del tiempo, unos ojos, laberintos, un dialogo en cubierta, lo real y lo irreal, una danza con mechón, son entre otras, imágenes que nos atan a nuestros orígenes y que solo a través de ellas podemos acceder al encuentro, al diálogo con otras realidades."
Omar Toro 
Artista Plástico y Poeta